MIS CONVERSACIONES CON JOSÉ MARÍA GARGALLO.
¿Quién es JOSÉ MARÍA GARGALLO?

José, un amante total de su pueblo, de su virgen, de sus gentes, al que por necesidades de la vida, le “obligaron” a emigrar muy lejos de Tronchón.

Antonio Conesa con José María Gargallo, en la puerta de entrada a la "Casa de Aragón" de Mendoza-República Argentina.

Las penurias pasadas después de la guerra civil española, la falta de trabajo en el pueblo, las buenas perspectivas al otro lado del “charco”, hicieron que José y su esposa Daniela, aceptaran la oferta que les hicieron para trabajar en la República Argentina.

Junto al pequeño Ernesto de 2 años de edad, allá por el año 1949 embarcaron en Barcelona, rumbo a la República Argentina. El viaje muy largo nos cuenta Daniela, pero con todo tenemos de él un grato recuerdo, puesto que fueron unos días maravillosos y quizás las mejores y mas largas vacaciones que recordamos en nuestra vida, excepto las pasadas en Tronchón, en nuestro único viaje a España.

Con el trabajo diario, a base de gastar poco y guardar algo, consiguieron un pequeño patrimonio, que les sirvió para vivir ellos, con una parte del mismo, y a sus hijos para poder establecerse.

- No nos fue del todo mal, me comenta Daniela.

José siempre celebró en Argentina, con sus familiares y amigos, la fiesta del Tremedal, e inculcó a sus hijos y nietos la devoción a la Virgen de su pueblo.

Para él lo de Godoy Cruz-Mendoza, fue una bendición de Dios, pero siempre supo ser agradecido a la tierra donde nació.

Tardaron muchos años, pero pudieron volver a su tierra por unos meses, volvieron a abrazar a sus amigos y familiares y trataron de recordar, lo que nunca habían olvidado.

Hoy una larga enfermedad lo tiene luchando cada día con la máquina, pero sus ganas de vivir y su fe lo mantienen con vida. Yo personalmente he podido ver con mis ojos, sus reacciones ante momentos muy críticos. Había momentos que se nos iba. . ., sus ganas y fe lo volvían a la tierra.

Otra vez con sus historias, de nuevo sus preguntas sobre este o aquél personaje de Tronchón, otra vez interesándose por quien compró aquella casa o masía, como bien dice su hijo :

Mi papá todavía sigue en el pueblo, y gracias a vuestros viajes, se sirve de vos para contactar de nuevo con lo que nunca olvidó.

SUS HISTORIETAS
Unas me las contó a la vereda de su casa, aprovechando el sol y la brisa que corre calle abajo en Fray Luis Beltrán de Godoy Cruz.

Otras dentro de su casa, a partir de las ocho de la tarde, cuando ya empieza a refrescar fuera y disfrutando del café y las pastas que nos ofrece Daniela.

Daniela Molina junto a su esposo José María Gargallo.

De cualquier forma, me resultaron interesantísimas todas las explicaciones que me hizo José durante mis vacaciones de los años 2004 y 2005 y que ahora trato de recopilar.

Unas veces hablábamos de los días que mi padre y José, coincidieron en trabajos agrícolas para otra persona del pueblo.

Recuerdo explica José, que era una cruda mañana de invierno, cuando nos dirigíamos a la finca del cerrial, y nos dispusimos a comenzar la tarea de “jartigar”. Habíamos sido contratados como casi siempre por Don Antonio Querol. Estos trabajos duraban mientras quedaba luz del día.

Otra vez coincidimos con Custodio, también en trabajo para Antonio Querol, aquella vez nos dirigíamos a la Feria de Ganados de Cedrillas(Teruel).

Yo dejé a mi señora a punto de dar a luz a mi hijo Ernesto, pero claro, en aquellos tiempos teníamos que aprovechar cualquier jornal que nos salía.

En esa ocasión, nos acompañó don Antonio, nuestra misión era la de comprar un mulo y llevarlo después a Tronchón.

El trato recibido, era excelente, tanto la comida, el alojamiento y la compensación económica era la correcta.

Te voy a contar otra historieta, de mis correrías con la guardia civil.

“Eran los tiempos de las post-guerra civil española, yo me dedicaba a la venta ambulante por las masías de Tronchón y Villarluengo, en un macho cargado con dos cajones de madera, en cuyo interior llevaba todo lo necesario en una casa, ropas, zapatillas, sardinas de cubo, tomates, fruta etc. En Tronchón escaseaban muchos alimentos, y como es lógico nos las teníamos que ingeniar para pasar los intercambios de mercancías entre pueblos, sin ser vistos por la guardia civil.

Tratábamos de cambiar por ejemplo sosa-cáustica, que servía para hacer jabón, por aceite que nosotros no teníamos.

Siempre procurábamos salir del pueblo al amanecer, con la carga tapada para no dar sospechas a los guardias del cuartel o a la pareja que acostumbraba a salir del pueblo en vigilancia.

Cuando detectábamos o nos avisaban de la presencia de la pareja, entonces nos dirigíamos a la primera masía, y allí simulábamos el intercambio de sardinas de cubo o tomates que también llevábamos en los cajones por huevos o efectivo. El aceite o la sosa que teníamos escondido entre la carga de los cajones, lo descargábamos y lo escondían los mismos masoveros a veces hasta debajo de la cama.

Entonces nos dirigíamos en dirección al pueblo y si nos paraban, como no llevábamos nada, nos dejaban seguir.

Al día siguiente o cuando más seguro veíamos el camino nos disponíamos a recuperar la “mercancía” escondida, nos íbamos al lugar del intercambio y terminábamos la operación”.

SEGUNDA PARTE

ANTONIO QUEROL AYORA ( “EL TUERTO” )

Presidente del Comité en la época de la Guerra Civil española.

Alcalde de Tronchón.

Hombre emprendedor como nadie en Tronchón.

Hombre de izquierdas ???

Por lo que hemos leído, sobre él en el Libro de oro de la Virgen del Tremedal, sabemos que Don Antonio Querol Ayora “EL TUERTO” fue el Presidente del comité en la época de la Guerra Civil española, avisó a la población, de las órdenes que recibía de sus superiores, anunciando la destrucción del patrimonio religioso de Tronchón y así poder salvarlo.

Entre lo que leímos en su día, lo que me contó José María Gargallo y lo que tuve tiempo de conocer de don Antonio, mi impresión es que fue una persona muy importante en la vida de Tronchón, emprendedor y con visión de futuro en los negocios, suyo fue el primer camión que hubo en la población. José Royo fue muchos años el chofer.

Dice José María Gargallo,” con su camión arriesgaba la vida cuando cargado de gente de derechas, los llevaba para salvarlos a Castellón.”

También me contó José, “ lo de la emboscada que le tenían preparada en Olocau del Rey a su vuelta de Castellón”.
“A Don Antonio Querol Ayora los Milicianos en Olocau del Rey le tenían preparada una emboscada para cuando volviese de Castellón, con el camión vacío”
El bueno de Don Antonio según José María Gargallo, se enteró por un chivatazo de lo que le preparaban en el pueblo vecino.
Aprovechó sus influencias, que las tenía y muchas, y se presentó de vuelta, con el camión cargado hasta los topes de Policía Federal que lo protegieron a su paso por Olocau.

Otra de las cosas que me contó José, es que Don Antonio Querol Ayora, nunca aprovechó su rango para beneficio propio, que nunca supo que el hiciera daño a ninguno del bando enemigo.

Mis recuerdos personales de don Antonio, son los de su vejez, retirado de toda actividad política.

Vivían en la calle Hondonera Nº 6, nosotros tenemos la casa en el número 10 y por ser vecinos, nuestro trato con ellos fue bastante familiar.

Mi madre ayudaba en las tareas de limpieza a la señora Salvadora Moles Fuster, a mi siempre me llamaba cuando mataba algún cordero, para que le aguantase “ la pata “, recuerdo que siempre me compensaba con algún presente.

En las noches de invierno, nos juntábamos en su casa junto a la lumbre, la cual recuerdo que siempre era abundante, allí mi madre leía algún libro, la señora Salvadora, cosía o hacía media, y todos los demás escuchábamos con atención la lectura.

Las veladas siempre resultaban agradables. Al no tener ellos descendencia, ni familia cercana, nos pedían a nosotros para hacerles compañía y casi siempre nos obsequiaban con algo, almendras, nueces , higos secos, orejones etc.

No quiero terminar estos comentarios, sin anotar este hecho :

Decían de don Antonio que era de izquierdas, ateo, que no se llevaba bien con los curas, que no iba a misa etc.

Recuerdo que eran las fiestas del Tremedal del año 1959, ”El Tuerto” estaba enfermo. Aquel año fue mayoral Don Pedro Escorihuela, yo tuve el honor de recitar la relación de despedida a la Virgen del Tremedal. Mi madre recibió un aviso de la señora Salvadora Moles.

“Antes de dirigirse hacia la ermita de Santa Bárbara, que venga a casa que le tenemos que pedir un favor, se trataba de que Don Antonio quería ser el primero en escuchar desde su lecho, la despedida a la Virgen recitada por el niño”.

Así lo hice, recuerdo que antes de terminar al bueno de Don Antonio le caía alguna que otra lágrima. . .

ANTONIO CONESA CORTES - - - 2004-2005



Composición de la página por Angel Gimeno Monforte 26-5-2005