Nuestra afirmación se desprende de los datos encontrados en el archivo de la villa de Tronchón, a partir de los cuales hemos intentado reconstruir la evolución sufrida por las tres bailías a través de los siglos.
En los "Capítulos entre el señor Castellán y los hombres de las Baylías y forma la cual se debe
tener y conservar en los dones hacederos al Rey, Reina y Primogénito" elaborados en 1402,
firmados por el castellán y el capítulo de la orden, confirmados por el Sumo Pontífice y el
gran maestre de la orden en su castillo de Rodas y recibidos en 1429 por la Corte de Justicia
de Aragón, se ordena en el capítulo octavo: "item que el señor castellán y los otros
castellanes que en tiempo fueran, sean tenidos cada uno en su tiempo facer el número de fuegos
et casas de toda la Castellanía...".
Tomando como origen de una serie cronológica las cifras que acompañan a dichos capítulos (en la copia encontrada en el archivo de Tronchón) que corresponden al número de hogares existentes por aquellas fechas, y basando nuestra cuenta en cuatro personas por hogar, podemos confeccionar añadiendo los datos correspondientes a censos modernos el siguiente cuadro:
BAILIA DE CANTAVIEJA | AÑO 1.429 | AÑO 1.900 | AÑO 1.970 |
Cantavieja | 504 | 1.492 | 1.034 |
Tronchón | 364 | 970 | 331 |
Mirambel | 356 | 841 | 252 |
Villarluengo | 332 | 1.683 | 481 |
Iglesuela del Cid | 276 | 1.345 | 703 |
La Cañada de Benatanduz | 212 | 540 | 222 |
La Cuba | 76 | 272 | 159 |
Total de la Bailía | 2.120 | 7.593 | 3.182 |
BAILIA DE CASTELLOTE | AÑO 1.429 | AÑO 1.900 | AÑO 1.970 |
Castellote | 380 | 2.088 | 1.383 |
Las Cuevas | 464 | ? | ? |
La Ginebrosa | 232 | 1.139 | 449 |
Aguaviva | 176 | 1.778 | 887 |
Bordón | 152 | 510 | 265 |
Luco de Bordón | 128 | 575 | 106 |
Total de la Bailía | 1.532 | 6.090 | 3.090 |
BAILIA DE ALIAGA | AÑO 1.429 | AÑO 1.900 | AÑO 1.970 |
Aliaga | 268 | 1.136 | 1.050 |
Villarroya | 404 | 1.939 | 339 |
Fortanete | 356 | 1.461 | 465 |
Pitarque | 80 | 904 | 242 |
Total de la Bailía | 1.108 | 5.440 | 2.096 |
. | AÑO 1.429 | AÑO 1.900 | AÑO 1.970 |
Total de las Bailías | 4.760 | 19.123 | 8.368 |
TRONCHON | AÑO 1.429 | AÑO 1.777 | AÑO 1.832 | AÑO 1.869 | AÑO 1.900 | AÑO 1.970 |
HABITANTES | 364 | 800 | 1.024 | 1.183 | 970 | 331 |
A esto debe añadirse que, en aquella época, las poblaciones estaban normalmente constituidas por gentes de todas las edades mientras que en la actualidad predominan las personas de edad madura y ancianas.
Únicamente, como ya hemos indicado antes, han conservado censos superiores a los medievales aquellos núcleos cuyos medios de vida no están basados exclusivamente en la explotación de los recursos agrícolas o ganaderos, como pueden ser las minas de Aliaga o la conservación de una de una cierta "capitalidad" como ocurre en Cantavieja o Castellote, villa esta a la que se han agregado otros municipios.
Consideramos que la causa principal de la evolución de los demás núcleos de población ha sido la desaparición de actividades industriales de tipo artesano que mantenían en cada uno de ellos a una población superior a la que hubiera podido mantener la explotación de sus recursos agrícolas y ganaderos.
Sirviéndonos de los datos que hemos obtenido de la villa de Tronchón, hemos tratado de esbozar la posible evolución económica que ha llevado a estos núcleos al estado actual.
De la "Concordia se desprende que los desmontes por quema o corte "no pueden ser facer sin licencia del comendador o su representante" ni en sitios donde se impida el paso de los ganados y entradas y salidas a las "yerbas y dehesas del señor comendador".
La "Concordia" se refiere, también a las condiciones para los "fornos de alquitrán", lo que demuestra la existencia de actividades encaminadas a la explotación de los derivados de la madera.
La "Sentencia" se ocupa de los herbajes que necesitaba la bailía de Cantavieja, por lo que se "procuró el amprio de Valdelinares".
La propiedad y participación de montes y dehesas dio lugar a numerosos pleitos y sentencias de las que hemos encontrado registradas en Tronchón las que hacen referencia al reparto entre la villa y las de Cantavieja, Mirambel y Villarluengo de la Granja y Dehesa de la Muela Mochén y las de la Muela de Palomita.
La ganadería no fue abandonada, desarrollándose en las masadas alejadas del núcleo urbano.
Desde el siglo XVII al XIX, el trigo es la moneda corriente para las transacciones. Los salarios de maestro, médicos e incluso, los de los artistas que pasan ocasionalmente por los pueblos para realizar trabajos, se expresan en cahices de trigo.
Del "Libro de Deliberaciones del Consejo Secreto del lugar de Tronchón" extraemos asientos como los siguientes:
"Se le hazen buenos ciento y ocho sueldos por tantos pagó a Pedro Barberán por el retablo de
San Antonio Abad en caiz y medio de trigo."
"Se le hazen buenos cuatrocientos sueldos por tantos pagó al maestro de niños en cinco caices
de trigo."
La explotación forestal se hizo abusiva, talándose bosques enteros para el aprovechamiento de la madera y para la elaboración de carbón vegetal.
Los censos de población crecen debido a que en este periodo se desarrollan una serie de industrias artesanas aprovechando los recursos naturales de cada lugar. Sin embargo, las guerras producen graves trastornos. En la villa de Tronchón registramos, como consecuencia de la guerra de Sucesión, cuyo desarrollo es explicado en una curiosa "Memoria de lo más particular que ha pasado en la villa de Tronchón por causa de las guerras desde el año 1705 adelante, siendo Aragón del Sr.Philipo", redactada por el escribano Nicolás Zapater, una de las primeras emigraciones para trabajar fuera de la localidad, en la fábrica de cristal de Tortosa ("Contratos y cuentas de la villa de Tronchón con la fábrica de Tortosa").
En el último tercio del siglo XVIII, estabilizada la situación del país podemos comprobar el floreciente desarrollo en Tronchón de tres industrias artesanas derivadas de los productos propios del terreno: el ganador lanar y la arcilla. Dichas industrias son la fabricación de queso, la de sombreros de fieltro y la cerámica.
La fabricación de queso ha sido conocida por la difusión que le dio Cervantes en su "Quijote".
La denominación de origen "Queso de Tronchón" se ha venido aplicando a todo el queso elaborado
en la comarca e, incluso, al de la parte alta de la provincia de Castellón. Actualmente se
sigue vendiendo, sobre todo en los mercados de Valencia y Zaragoza, después de que desde
principios de los noventa se vuelve a elaborar. En nuestra WEB encontrarán página dedicada
al mismo, donde se explica el proceso de fabricación, e importantes datos.
La industria del sombrero, desconocida quizás por no haber merecido la atención de Cervantes, constituyó evidentemente la base del sustento de una gran parte de los habitantes de la villa, que, a principios del siglo XIX, contaba ya con cerca de los mil habitantes.
Por el "Manifiesto de ganados y lanas" de 1777 sabemos que sobre un censo de unos ochocientos habitantes (250 vecinos contribuyentes) había 42 ganaderos, con más de 3500 ovejas, y veinte fabricantes de sombreros, que manipulaban más de 5000 kilos de lana y añinos, adquiridos en todos los lugares de la comarca y de algunos de las provincias de Soria ( Burgo de Osma ) y Guadalajara ( Torrija ). La venta del producto terminado se extendía a Huesca (calidades bastas), Zaragoza, Valencia y Barcelona (calidades finas) hechas con añinos o pelo de conejo.
El proceso de fabricación, bastante complicado ya que se requiere procesos químicos y tintoreos de cierta especialización, implicada la presencia en la villa de tres tintoreros. No nos ha sido posible averiguar quién introdujo esta técnica en un lugar tan aislado y fuera de las habituales rutas comerciales, aunque en 1711 se registra ya la existencia de industriales acreditados que fueron llamados a Morella para "trabajar sombreros para el rey".
En 1830, la "Gradación de utilidades de los Oficios e Industrias" registra la existencia de cincuenta y tres fabricantes, manteniéndose su número hasta 1869, en que empieza a descender (treinta y dos fabricantes)
A principios de nuestro siglo, el número de fabricantes declina rápidamente, desapareciendo totalmente en 1968.
En cuanto a la alfarería, en la ya mencionada "Gradación" aparecen seis fabricantes. Aparte de la fabricación de cacharreria común y vajilla, se destaca el nombre de Gerónimo Belmonte, que en 1844, fabricó el piso de azulejos, de un delicioso estilo naif, de la ermita de San Antonio de Padua, más conocida por "SAN ANTONIO DEL BARRANCO".
Durante la primera guerra carlista, en el periodo en que Ramón Cabrera consiguió mantener un simulacro de Estado con la corte en Mirambel, los alfareros de Tronchón abastecían de vajilla a la Corte, tropas y hospitales carlistas.
En 1869 quedaban cuatro alfareros que se redujeron a dos en 1877, desapareciendo esta industria en 1930 aproximadamente, siendo el último JOAQUIN LUCIA, conocido como el tío "BARRO".
Durante este periodo, los censos de población alcanzan sus cotas máximas. En las poblaciones hay un completo cuadro de oficios y servicios, como podemos comprobar por el siguiente detalle, por ocupación, del censo de Tronchón en 1832:
Habitantes: 1.024
Cabezas de familia:
Nucleo urbano....196
Masias..................40
Sector agricola y ganadero:
Propietarios.........67
Jornaleros...........21
Pastores..............14
Producción de bienes de consumo:
Sombrereros....................46
Jornaleros sombrereros....4
Esquiladores......................3
Pelaires..............................7
Tintoreros..........................3
Tejedores.........................11
Sastres...............................7
Herreros............................2
Carpinteros.......................3
Albañiles...........................4
Aladrero............................1
Hornero.............................1
Bastero..............................1
Carnicero...........................1
Tejero................................1
Chocolatero.......................1
Alfareros............................8
Serradores.........................2
Servicios:
Clerigos............................7
Escribano..........................1
Medico..............................1
Cirujano............................1
Boticario...........................1
Maestro............................1
Albeitar.............................1
Comerciantes....................3
Posadero...........................1
Arrieros............................7
Hospitaleros.....................3
Administrador...................1
Sin ocupacion...................25
La emigración recibe un mayor impulso a partir de la década de los años cincuenta.
Las crecientes necesidades de mano de obra de la industria inclinan la emigración a las
personas menos cualificadas, que encuentran un modo de vida aparentemente mejor en las
barriadas obreras de Castellón, Valencia o Barcelona. En 1960 la población se reduce a 551
habitantes, pasando a los 331 en 1970.
Al disminuir de una forma tan drástica la población, se reduce también el cultivo de cereales a las tierras más productivas más accesibles y más propicias a ser cultivadas por medios mecánicos. Entonces surge la posibilidad, aprovechada por los más inteligentes de los que no emigraron, de utilizar las tierras abandonadas para dar un nuevo impulso a la ganadería con el fin de explotarla para la producción de carne destinada al abastecimiento de los grandes núcleos urbanos.
El desarrollo del transporte por carretera abrió a muchos lugares de las tres bailías la posibilidad de estabilizar, ya que no aumentar, sus censos de población y evitar que, al cabo de unos pocos años, la zona se convierta en un desierto. Para ello es necesario un mínimo de protección en el aspecto de mejorar la infraestructura, muy mal dotada de vías de comunicación, y cuidar los más elementales servicios (medicina, enseñanza y asistencia técnica) para hacer más llevadera la existencia a los más valientes que han preferido la lucha a la emigración.
El caso concreto de la villa de Tronchón podemos considerarlo como ejemplo de un núcleo de población "cenicienta" en una zona "cenicienta". Abandonada por la Administración Local y por la del Estado, para dar salida a sus productos no cuenta más que con una mala carretera que lo une al pueblo vecino, construida en su mayor parte por iniciativa de un terrateniente y terminada por el Ayuntamiento, que hace muy pocos años finalizó su amortización. Esta es una de las principales dificultades para que la villa pueda seguir el proceso de estabilización y moderno desarrollo que se produce en otros lugares mejor comunicados. A Tronchón se niegan a "subir" los medios de transporte por el riesgo de averías, de quedarse bloqueados por las inclemencias del invierno y por el excesivo costo de ir o volver sin carga.
Se ha hablado del peligro de desertización que amenaza a muchas comarcas españolas. La de las tres bailías, objeto de nuestra atención, puede ser una de ellas si una política realista no se fija como punto de mira prestar la ayuda necesaria para que sus habitantes puedan encontrar algún aliciente para permanecer en sus tierras.