Tuvo tres hijos de los que viven Marcos y Mariana, que cobra la pensión. Ambos en Barcelona. El mayor que murió en Andorra, estaba en el ejercito republicano y huyendo pasó a Francia, donde poco después lo cogieron los alemanes que lo metieron, durante cuatro años, en el campo de concentración de Mauthausen.
Probablemente fue por su quinta a Filipinas, donde no se sabe en que combates estuvo.
En el pueblo se dedicó, como muchos, a confeccionar sombreros finos de pelo de conejo y bastos
de lana que tenían tal entramado que no les entraba una bala.
Aparte hacían quesos, de Tronchón, ya citados en el Quijote.
Fue enterrado con las medallas.